sábado, enero 13, 2007

La estampa del destino


Después del estrés de horas prendidas delante de cráneos simulados, mi corazón me llama la atención y me pregunta por qué sigo pensando en ella después de esa noche tan fugaz.

Desconozco lo que me dio, cuál fue el motivo de mi resurrección emocional, lo que hizo virar esta caja de divertidas sorpresas hacia su magnetismo.


Ahora le he mandado un sobre de querencias e ilusiones y sólo me toca esperar. No quiero que la compasión atraiga su respuesta, sólo necesito que la verdad sea tan cruel como el pasado me la mostraba. Sólo busco la relación entre mis pensamientos y mis sentimientos.

Escribo y, por ende, siento. Olvidándome de las formas, de la concordancia de los textos, mis rimas surgen libres, y sigo sorprendiéndome de mi atrevimiento, al seguir requiriendo sus mensajes.

Pero no me quiebro, sigo manteniéndome fuerte, y más ebrio de realismo.

Pronto se abalanzará mi cumpleaños, y el destino marcará su estampa definitiva.

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