Soñando con el azul del mar, Barcelona me brindó dos noches, mezcla de civis y nostrum, señas de la vida cosmopolita. Alimento del neón de la publicidad con Guiness de rock y sensualidad, caminos a la luz de las hadas, tan bellas como lejanas. Y sin esperar más que la desconexión, reviví la danza de mi interior mostrando una energía libre, alegre, soñadora y atrevida.
4 comentarios:
Bonita ciudad, ¿verdad? Que bueno que te hayas divertido. Yo quisiera estar este finde en el café "noir", tengo un cumple salsero en ese lugar, pero la distancia, es la distancia...
Encantadora y bella. Le tengo un gran cariño.
Pero Fantasía la distancia en el sentimiento desaparece, no lo olvides.
tienes un algo muy especial a la hora de retratar momentos, mikel. un besazo
Lau
Gracias Lau!
Aunque cuando las experiencias brindan con tanta emoción, es difícil que no salte alguna gota de belleza al papel.
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