La co_loca_ción

Tomando como referencia las palabras de un buen amigo que suele tener los pies en la tierra, colocándolas como una amiga que separa las sílabas de las palabras para darles un nuevo significado, movido por Jónsi escuchado por el Spoty, dejando que la atmósfera de su música llene este espacio, voy desplazando, removida por la locura de co·locar la ac·ción en un momento determinado. Y regirado por el sentimiento de presión tan necesario en mi vida cotidiana, voy dejándome mecer como nube entre el viento hacia soles más primaverales, hacia gotas de lluvia que refrescan el ambiente, hacia sueños que se escriben con pasos hacia adelante, con pequeños cambios continuos y esfuerzo que permite llegar al objetivo marcado.

Amanece el vértigo de la figura del loco que se tira al precipicio de lo desconocido y su querido perro le agarra del pie para que mire primero del peligro que se abalanza, pero la inocencia siempre esconde ese pensamiento mágico aguardando la creatividad de la sorpresa porque quien vive es quien se lanza y cambia, prueba, experimenta, se equivoca, admite el fallo, se levanta más humilde y vuelve a respirar.

En ese preciso instante, en que el aire entra de nuevo por los pulmones como otras tantas veces, hay algo diferente, hay algo que suena en el ambiente diferente, hay algo que brilla de manera diferente, y no es el entorno lo que es diferente, sino es uno mismo es el que ya es diferente.

La locura

ha obrado el cambio

y todo

ha provocado

una nueva co·loca·ción.