domingo, mayo 02, 2010

Lobos en París

Cuando a uno le dan una de esas tardes-noches de dejarse llevar, se encuentra con dos joyas del cine: Bailando con Lobos y el Último Tango en París (recomendación de Sonia) que le transportan a dos mundos completamente distintos a la vez que parecidos.
Personajes solitarios en mundos extraños, contrariados por la lucha que se plantea en su entorno, con momentos de desesperación, de pérdida y de asesinato que llegan a frustrar al protagonista.

Entonces llega la reflexión: El miedo, el vacío y la soledad son aquellas cosas de las que huimos pero en su justa medida pueden proporcionar el edulcorante necesario para sentir que realmente estamos vivos y somos capaces de llegar a donde queramos. Sólo hace falta luchar para ver que el entorno se modula con nuestras capacidades, que nuestros miedos son el peor enemigo que tenemos en la faz de la tierra y que si somos valientes llegaremos a vivir el amor a través de la felicidad.

La danza, el movimiento, los cuerpos, la magia, la violencia, lo salvaje, lo atrevido, la naturaleza, todo como estos días, tan llenos de aprendizajes y situaciones enérgicas...Como una tormenta de verano: calor sofocante, rayos, truenos, algo de lluvia, calor sofocante...

Bailar un tango es un rito, un rito bailando con lobos en París.

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