De mayor quiero ser niño,
jugar con el chupete de la inocencia,
mojarlo con el vino de la seducción,
y mirarte, provocarte, desnudarte.
No quiero recordar el dolor de las heridas secas,
las balas de rencor acumuladas en la culata de las sentencias,
ni soñar con pesadillas de muertes
diseñadas por un mercado
de lechugas de plástico
y hamburguesas de zapato.
Quiero verme en el espejo con arrugas de bailes,
desdibujado por los bocetos de mi entorno
y pintado por la luna de la pasión.
No quiero deslizarme en pistas de hielo radiactivo,
por un invierno de blanco nuclear
fisionado,
hasta desiertos electrónicos
con neurosis
que suicidaron la espontaneidad de la naturaleza.
Quiero amarte tras esta tormenta de años
con mentiras piadosas rellenas de flores,
sin medicamentos de alquimia barata,
para lanzar juntos, como seres humanos,
un grito de esperanza:
"¡Siento, vivo o muerto!"
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