Mi teclado gotea
guiños, sonrisas, compañía
y una patita
que me toca el pie.
El reloj me señala
y des-cuenta engaños pasados.
Toco el folio perenne
repleto de conchas, monedas y linces.
La silenciosa asimetría de mis latidos
busca protagonismo,
pero solo
tengo poemas y retratos.
Ovillo enmarañado.
Quemo la alevosía
por sueños cambiados.
Quiero bañarme
en una isla
con nombre de mujer.
Me sereno.
El sol nunca miente
y tu mirada
sigue marcando mi rumbo
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