Se respiran pasos tiernos, atentos, directivos, ansiosos...
Los relojes
perdidos entre andenes de boquillas y uñas rojas
dejan de contar verdades
entre silencios y lunas a cielo abierto.
Tu espejo me reclama
pero no sé si mirarte.
Me encadeno.
Hay voces que antiguas ya quedan vacías.
Bon dia
sonríe la cafetera.
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