Entra en mi mirada
un segundo
una paz
un tornillo descuadrado en la paloma negra.
Desgarra
destierra
desentona
la última sílaba en el silencio de la madera oxidada.
No encuentro la ínsula a donde mi grito acuda
pues me giro enroscado
en anagramas huecos y plexos carmesí
entrelazándome
en recovecos desgastados tras rimas insulsas
cabizbajo
reclamando la chuchería del mercado virtual
un bitcoin que alimente
la fórmula del miedo causal,
una inspiración para quebrar otra vez
la vergüenza de un colectivo
cuyo ombligo es un palacio de Marichalar
y donde rimar
se volvió un pecado
un yoctómetro
el universo
Tao
..
Entra en mi mirada
un segundo
..
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