Y me quejaba del hecho que no conocía a nadie..., pues ahora sí. Mi vida tiene esas vueltas tan maravillosas que te cambian todos tus paradigmas pero que te mejoran como persona. Te abren las puertas a una barbaridad de sentimientos, tan contradictorios como ejemplares, que te hacen crecer, mejorar,...
Un sentimiento de orgullo porque tus pasos son coherentes con tu forma de vida. Total, en 24 años, ya experimento un bagaje completamente acorde a mi personalidad. Y esa alegría indescriptible que te hace sentir vivo y que fortalece todo el camino que ya he andado.
Claro está que todos los cambios resultan complejos porque te has de adaptar a una nueva situación. Pero, ¿qué es la vida sino un constante cambio?
Así como cambio, ahora puedo determinar otro patrón y madurar individualmente sin resquicios ni temores. Con la fe de lo que deseo conseguir. Y tal y como han aparecido diversas personas en mi vida, otras volverán a hacer brillar la luz de mi corazón, e intentaré otra vez que quien esté ahí se sienta tan querida como yo lo haya podido sentir desde el fondo de mi ser.
Y me voy, como el vuelo de aquel ángel, que cubierta su función, abre sus alas encaminándose a otro lugar, estando feliz por el trabajo bien hecho y satisfecho por su propio aprendizaje. Acabando así esta maravillosa etapa de mi vida, con tantas cosas que quedan guardadas como el más bello tesoro de mi propio ser.
Un sentimiento de orgullo porque tus pasos son coherentes con tu forma de vida. Total, en 24 años, ya experimento un bagaje completamente acorde a mi personalidad. Y esa alegría indescriptible que te hace sentir vivo y que fortalece todo el camino que ya he andado.
Claro está que todos los cambios resultan complejos porque te has de adaptar a una nueva situación. Pero, ¿qué es la vida sino un constante cambio?
Así como cambio, ahora puedo determinar otro patrón y madurar individualmente sin resquicios ni temores. Con la fe de lo que deseo conseguir. Y tal y como han aparecido diversas personas en mi vida, otras volverán a hacer brillar la luz de mi corazón, e intentaré otra vez que quien esté ahí se sienta tan querida como yo lo haya podido sentir desde el fondo de mi ser.
Y me voy, como el vuelo de aquel ángel, que cubierta su función, abre sus alas encaminándose a otro lugar, estando feliz por el trabajo bien hecho y satisfecho por su propio aprendizaje. Acabando así esta maravillosa etapa de mi vida, con tantas cosas que quedan guardadas como el más bello tesoro de mi propio ser.
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