Movimientos veraniegos, estresantes y veloces,
la luna aguardando la noche para danzar,
relojes de mil colores desvaneciéndose en formol,
caminantes esperanzados en ver un nuevo rayo de sol.
Ilusiones descubiertas con la aparición del amanecer,
contratiempos con el nombre propio de una mujer,
entre paseantes de 1000 y 1 origen y destinos,
entrecruzándose en un barrio multicultural,
lleno de falsas utopías y mercados ciegos,
vacío de sentimiento, humanidad, y sentido.
Todo y nada abierto a la oscura fotografía,
que al abrir los ojos, se vela todos los días,
para asentir con la rutina y el descontrol
como agua desvaneciéndose con el calor.
The Pilgrim
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