Intentando superar unas palabras desafortunadas que acompañaron mis últimos días, me sumergí en un auditori entre bossanova y jazz. Eliane Elias me recordó el cariño que le tengo a la música brasileña, a su tristeza,a su añoranza, a su sensualidad...
Bossanova dulce con jazz vocal, un tesoro para sentimientos de melancolía. El piano de esa mujer era pura vida, trasladándote con sus notas de alegría más pura a la tristeza más honda. Brasil en notas improvisadas, multiculturalidad en ritmo musical. Aún así, desaparecerá... será un bello recuerdo de una vida extendida a lo largo de mi existencia, una oscuridad prendida a mi luna.
Si no habéis nunca escuchado nada de Eliane Elías os muestro una maravillosa interpretación de una canción de Tom Jobim (Fotografía):
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