martes, agosto 25, 2009

Mecer del mate

Me dejo mecer, las olas del mar,
unos ojos dulces, sabor a mate,
sueños lindos, culturas enlazadas,
¿quien sabe, quien abre, quien muere?

Dos ángeles se embarcan traslúcidos
en fragancias lejanas y sentidas
entre islotes de interrogantes cristalinos
y montañas cubiertas de enigmas.

"No quieras, pues adivinarás tu camino
prendido de ese maravilloso destino
que marca los temores e ilusiones
de un castillo elevado por uno mismo."

Vuelvo de este desatino, descontrol del grito
pero he avanzado, soy yo, creo en mis pasos.
Nadie más beberá mis tragos amargos
y todos disfrutaréis del sueño de estar vivo.

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