lunes, diciembre 07, 2009

Olas de paz en un día soleado

Olas de paz en un día soleado, sueños de tranquilidad que adormecen las tensiones, bostezos tan dulces que se convierten en gemidos, una boca desnuda, un cuerpo acalorado.

En medio del camino el peregrino se encuentra, ha visto una roca gigante, una diosa, una gata, un reflejo de mar, un viento pasajero, un delirio que le hace estar más despierto, una bella durmiente que regala besos, una caja de Pandora de los deseos ocultos.

Entre ello y entre todo, entre la luz que le acompaña y la luna que le acurruca, entre el pasado florentino y el futuro imprevisto, entre saber quien soy yo y observar el reflejo de su mirada, entre el fin y el principio de quien vive y sana, quiere y ama.

Con ello todo nace, todo se revoluciona, todo crece, todo se multiplica, todo con todo y con nada. Es el entorno que a pasos encubiertos descontrola todos sus sentimientos.

En la luz de la vida misma.

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