viernes, abril 30, 2010

La Maga mendiga

En una noche de colores rojos y verdes
donde las causalidades quemaban los coches
destrozando las paredes de lo conocido
una mendiga reconocía a La Maga
a través de sus letras.

¿Fueron los zumos los que se convirtieron en drogas
para la mente de los creativos?
Las cepas y la noche,: un cuadro de Guinovart,
un encuentro con una farsa de Acrópolis.

El delirio se fundía con la coincidencia,
el peregrino conocía a la parte blanca,
el mundodisco gritaba de impaciencia,
las nubes cubrían el espacio de enigmas.

En la noche donde la luna acariciaba a la musa
se detallaban estrellas fugaces en el cielo
unas rimas agridulces con sabor a café
y un cabrón apostado en el móvil del desespero.

Despejamos el surrealismo de una canción
y nos abrimos a una excitación artística
¿qué es el cuerpo sin sexo
cuando uno descubre el sentido de la sinrazón?

La magia de tu sonrisa horizontal
giros en un sueño de colores abiertos al corazón
la destrucción de querer dibujarte:
vértigo en el riesgo del instante.

Todo mar, todo fuego
quien mira, quien sabe,
¿espasmo catatónico?
¿intercambio real?

Era el traspasar de las horas
digiriendo conversaciones personales
quien dio permiso al alba
para abrazar el sueño del tatuaje
y dejar un hilo de luz vivo.

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