Una luz de sensaciones marinas
un bosque cubierto de árboles mágicos
dulces remolinos de energía positiva
arte y palabras,
sentimientos, deseos y encantamientos.
En un mercado de placeres y deleites
a través de fotografías de columnas inclinadas
apareció una artista de pies desnudos
rodeada por naturaleza viva
de cartones, minas y acuarelas.
Sus frases se escribían con colores
y sus dibujos pintaban pensamientos,
retratos marcaban tiempos infinitos,
paisajes de sueños dulces y sinceros.
Donde el sol turquesa nacía de dos ventanas,
ilustraciones de paz, ánimo y felicidad,
conciencia de la ilusión de la realidad
donde el arte es otro camino para sentir.
Y se abrió a la mirada del peregrino,
una comunicación de rasgos y preguntas,
fluyó como una fuente de agua fresca
mientras el tiempo actuaba de espectador.
Tanto fue su caudal magnético
que animó a un vagabundo artista
a mostrar parte de su ciencia
con incomprensibles palabras rotas.
Al fin apareció el retrato del pensador,
donde la luz iluminó
la más bella canción.
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