jueves, agosto 02, 2012

Toboganes asépticos

Cruces entre caminos sordos
donde monjes aúllan tacos
y lobos feroces se encierran
tras pantallas de plasma:

- "Tú, mírate en el reflejo de mi charco podrido".
- "Él, que se tire a la piscina. ¡Que viene la Troika!"
 y yo cortándome venas azules y negras.

Espacio angosto, amargo, pérfido.

Narraciones, noche, julio,
tan desafinado como electrónico, marítimo Pitbull
distorsionado por clones, emociones y figuras
pretendiendo ser reyes y jarrones.

Tiovivo sin más vida que una moneda
 fundida por queimadas católicas
 para banqueros con corazones prefabricados
 y palabras de deshonor carcomidas...

donde su músculo
bombea sangre y horchata;
su cerebro
se llena con peonzas y Big Macs;
su ilusión,
carbón hipotecado para futuros;
y su presente,
Redbulls contaminados con CO2.

Yo,
ensaladilla aséptica,
fórmula prefabricada por ordenador,
tatuada con sueños de Ariel,
anunciada por TV como Profident.

En los patios de mi infancia
niños deconstruyen matemáticas,
hacen puré de lenguaje con historia,
lo condimentan con física y filosofía,
para rebozarlo en apatía y desencanto.

Y al llegar a la luna:
una piedra redonda,
una calle desierta,
una ventana abierta,
una camiseta sudada
y un carrito con dos altavoces.

No hay comentarios: