jueves, mayo 02, 2013

La voz que vive en mí


Érase una vez un niño que iba en bicicleta de noche hacia un mundo nuevo. Sabía que si continuaba moviéndose encontraría un sol lejano pues como un sabio dijo: "Después de la noche más oscura, surge el sol".

Así que en busca del amanecer y con la guía de la luz de la luna y de su bicicleta iba moviéndose a través de terrenos y montañas. En un momento, se encontró con un lago y paró su bicicleta. Y se dio cuenta que por una vez, podía verse a si mismo pues la luna le ofrecía una visión distinta.

Sin embargo, cuando se miró, se encontró borroso y con una voz que le decía: 
 - Eres menos. No estás definido. Te faltan cosas.

El niño se puso a buscar el origen de la voz, y vió que venía del fondo del lago, de la oscuridad más profunda. Por un momento, dudó, atendiendo a ese personaje que le hablaba. Sin embargo, se dio cuenta que si se quedaba allí nunca encontraría el sol, que pese a que pudiera verse y reconocerse había un sol más allá del propio reflejo, que provenía de la oscuridad.

Tuvo dudas, se encontró débil porque ya no tendría ese espejo más pero tenía la fe que había algo más si continuaba su viaje. Así que volvió a coger fuerzas con una melodía que surgía de la luna: 
 - Don't worry, it's all right.

Apareció una sonrisa en su cara, apagó la luz de la bicicleta y continuó su camino con la luz de la luna. 

De repente, sin saber cómo, la luna desapareció, y poco a poco, en la mayor oscuridad, surgió algo que venía de detrás de la montaña: el sol prometido.

En ese momento, se hizo de día y ese niño se transformó en un adulto acompañado por otra voz:
- Mira lo que has conseguido, teniendo fe en tí.

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