Dibujos ahorca cabalgan tras el silencio
y una mañana más
penas encerradas claudican 
con tu dinero.
El
"llevo dos noches sin dormir"
 se escucha  en huecos prefabricados
 donde plastificada su respiración
 se rasga la violencia 
ahogada de la rutina.
¡Y quién se puede quejar
cuando la salud se
endulza con pantuflas azules,
suda parafina y pentanol,
"y si se queda la plancha, que se quede, 
pues si puedes salir al cine, sal.
Y para disfrutar solo hace falta
caminar por la montaña"!
Ese solo de música que se oye
es la del deseo de una cerveza fría,
 que se hace saber
 en un pregón anacrónico 
desde resonancias
 y sondas microscópicas.
Y la exigencia guardiana de otro silencio
deletrea los subtítulos de
una televisión en deuda. 
Hay insidia-asechanza
donde las delicadas ruedas
infunden
a los cordones,
pautas comida
insípidas
complicaciones
 arraigadas pesadillas
 mosaicos rentables 
de gestiones personales 
sin rentabilidad a corto plazo.
Ése,
el lápiz dibujante
tras la cortina sucia y quemada por el sol,
la escayola ennegrecida
por obligaciones del Tesoro
donde las concatenaciones curvas
 cobraron
 su diezmo en ese marzo de juguete
 que clavado en la pared
 brinda esperanza
a los adictos de ilusiones.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario