tras una salida de tren cabizbajo y críptico.
Ahí,
reside una oruga.
Cobra boletos a la espera de que una utópica mariposa abandone sus barrotes.
Inspeccionan tortugas
límites de velocidad anclados a huecos y juicios.
Su tos de alambre revolotea entre maquillaje.
Puntos que se suspenden para unos raíles demacrados
por pantallas y pancartas.
Pulula una idea atmósfera
tras la lluvia angelical de suicidios y tinta-roja.
Resta su auto-canibalismo
a un pasado urgido entre licencias de conducir y axiomas literarios.
podemos rescatarla ciudadanos
podemos liberarla ciudadanos
podemos romper sus barreras ciudadanos
podemos y logramos hacerlo ciudadanos
se escapan sus vísceras entre sociedades y
estado.
Y no vuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario