En la luz de esta luna roja,
no dejo que mis pensamientos se olviden de ti
que mis reflejos se estampen en tu espontaneidad,
que mis sueños busquen adivinarte errando
que mi error sea la ecuación perfecta de tu verdad.
Te recuerdo cuando te pusiste frente a mí
cuando te soltaste el pelo tras la capucha
cuando perdiste tu mirada en el mediterráneo
cuando llegaste antes del amanecer a mi vecindario.
Me acuerdo de tus pantalones a cuadros verdes,
de tu risa saltando el Código da Vinci,
de tu luz al reflejar el sol tus palabras,
de tu inquietud con la querencia de raptarme.
Memorias...
provocando una conocida curiosidad
que mis reflejos se estampen en tu espontaneidad,
que mis sueños busquen adivinarte errando
que mi error sea la ecuación perfecta de tu verdad.
Te recuerdo cuando te pusiste frente a mí
cuando te soltaste el pelo tras la capucha
cuando perdiste tu mirada en el mediterráneo
cuando llegaste antes del amanecer a mi vecindario.
Me acuerdo de tus pantalones a cuadros verdes,
de tu risa saltando el Código da Vinci,
de tu luz al reflejar el sol tus palabras,
de tu inquietud con la querencia de raptarme.
Memorias...
provocando una conocida curiosidad
remueven el deseo de acariciar tu piel
dirigen mi atención por hacerte feliz
anhelan a Venus en llamas para volverte a ver.
Pero
esta vez no quiero controlar a Jesús o a Belcebú
ni conseguir un amuleto en forma de corazón
ni si podré llevarte al altar de excitación
o llenarte tu hucha con mil préstamos de oro.
Sólo porque quiero
disfrutar
-te
-
-nos.
A tí, Lamiak
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