Una ratita
se esconde,
me mira,
desaparece.
Otro día,
surge a mi lado,
no quiere nada
sólo compañía.
Dejo un pedacito de queso,
me voy,
soy un ser invisible
y ella se ríe.
Me pregunto,
tiene respuestas
sueño
y ella permanece despierta.
Ya no queda alimento,
me ofrece un beso,
es sentimiento,
una rosa a merced del viento.
Y vamos juntos al mar,
un animal y una damisela,
una ofrenda
la libertad de 2 corazones.
1 comentario:
El sabor de la libertad, es tan, tan dulce... no me importaría ser diabética!!
:))
besito
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