El día después...

Representamos una vuelta en el tiempo del silencio, creando la necesidad del escrito,
"quiéreme en un instante de locura": impresión donde la luz quiebra la oscuridad.
Todo queda en un fragmento de cristal roto a través de un rayo de luz violeta.
Abrimos el corazón de una persona y le brindamos un segundo para su palabra
pero olvidamos el sentimiento de sus emociones y de la valoración de sus virtudes.

Esto es un principio de una realidad creada a partir del copycat barato
donde las musas son creaciones de Photoshop sobre maquillajes de ocasión
y sus seguidores, puras ánimas perdidas entre APIs de Facebook y Twitter.

Nos movemos, crecemos, nos comunicamos pero...¿realmente nos esforzamos?
Deja la pregunta a quien piense sobre su propio futuro y que medite sobre ello
y no esperes que su respuesta pueda ser aclaradora porque no estará formado.
Pueda ser el caso de obtener un planteamiento ordenado, pero sin sentido,
ya que justamente será esta persona quien considerará una contestación egoísta.

Llamamos a la puerta de un futuro asegurado a sprints de favoritismo
ligados a la endogamia de mamar excelencias académicas de biblioteca
y así cobrar durante toda nuestra vida
para evitar crisis de ansiedad.