de las emociones,
donde los patrones ya no dirigen unos barcos
que se van hundiendo lentamente
ante la falta del consumismo voraz,
sirviendo de combustible oscuro.
A la vez, ven a lo lejos, cómo se crean pateras de conifatos
llenas de humildad, corazón y coraje
por humanos libres y soñadores
que enfrentándose a las tormentas
con ilusión,
e incluso temeridad,
levantan un grito a la libertad.
Ese mar ahora se encuentra revuelto, agitado,...
hay gritos de ciegos y sombras de sordos
formadas por rocas de dudas e ignorantes
y tormentas llenas de sufrimiento.
Poco a poco,
sin quererlo o no,
se transforma...
Todo reacciona, todo muta, todo cambia
donde la frialdad congelaba el mar
permitiendo la abundancia en su superficie
de objetos materiales,
desaparece, se rompe y pierde el valor.
Y de repente, surge algo...
Son rosas también espinas
y ambas forman parte
de un mismo aroma.
Gracias a las palabras de Antonio y José, inspiradoras de este poema
y a la inestimable ayuda de María por su colaboración
y a la inestimable ayuda de María por su colaboración
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